La Biblioteca del Campus de Madrid-Vicálvaro de la Universidad Rey Juan Carlos, destaca en esta ocasión una obra procedente de la biblioteca particular García-San Miguel, escrita por el jesuita Pedro de Calatayud en 1736.
Esta obra contiene seis pláticas o sermones breves destinados a los sacerdotes con el fin de exhortarlos a los actos de virtud e instruirlos en la vida sacerdotal.
Pedro de Calatayud sacerdote y escritor jesuita, nació en Tafalla (Navarra) en 1689. Estudió en las universidades de Alcalá y Salamanca, fue profesor de retórica y filosofía en el colegio jesuita de Medina del Campo y en la Universidad de Valladolid.
Pero destacó sobre todo por su labor como misionero.
OBRA DESTACADA: Juizio de los sacerdotes : doctrina practica y anatomia de sus conciencias [1736]
En el Antiguo Régimen hubo dos clases de misiones: las que se instituían en las Indias, para extender una religión desconocida en aquellas tierras, y las misiones populares, en las que el objetivo era el cambio en la vida y costumbres de los que ya pertenecían a la Iglesia. Y a estas se dedicó Pedro de Calatayud, llegando a ser un maestro de misioneros, para los que escribió varias obras, explicando como debía organizarse una misión y aportando sermones para diferentes ocasiones.
Las misiones populares solían durar dos o tres semanas, y comprendían sermones, procesiones, un gran Acto de Contrición y una comunión general, todo ello realizado con el carácter escenográfico y teatral del Barroco. Tenían lugar tanto en ciudades como en el campo y se celebraron por toda la Península. Los misioneros pertenecían al clero regular, sobre todo jesuitas y capuchinos. Las misiones populares extendieron la Reforma católica y la normativa nacida del Concilio de Trento en los lugares más alejados.
Para el padre Calatayud, el objetivo del misionero era “instruir a los hombres en la justicia y la santidad, inclinándoles a lo bueno y desviándoles de los que es malo” y para ello era necesario que los misioneros contasen con una buena biblioteca y dedicasen mucho tiempo al estudio y la lectura. También debían dar ejemplo con su conducta, y fue muy crítico con los comportamientos licenciosos del clero. Para evitarlos escribió la obra que hoy destacamos: el “Juizio de los sacerdotes: doctrina practica y anatomía de sus conciencias”.
Impresa en Valencia, en el taller de Joseph Estevan Dolz en 1736, consta de 291 páginas en tamaño cuarto menor; 36 páginas sin numerar al comienzo de la obra que corresponden a los preliminares con la censura, aprobación, tasa y privilegio y una dedicatoria a Thomas Joseph de Montes, Arzobispo de Cartagena y Murcia y miembro del Consejo de su Majestad; y como colofón un índice de la obra. Presenta portada a dos tintas -negra y roja-, pequeños grabados al comienzo y final de cada uno de los capítulos e iniciales orladas con motivos vegetales al comienzo de cada una de las partes de la obra.